jueves, 23 de febrero de 2012
Estas parado en la arena y alrededor ya no hay nadie. Sentís el viento pegarte en la cara y probas cada tanto el salado mar que entra por tus labios en pequeñas gotas que vuelan por el aire. Crees que eres libre, que todo recién empezó, que la vida no tiene horizontes, que el sol se puede alcanzar. Pensás en la vida, y que es tan simple y que es tan larga. Ves los colores y de vuelta -el mar. Tus ojos se cierran y abunda el sonido, abunda el agua y su arrogante bailar. Escuchas las olas, rompiéndose, cayendo, escuchas el agua -aguantar. Tus pies se hunden, el sol se cae, los ojos se abren y la vida; se va.
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